Entrevista a Marcelina Bautista (CONLACTRAHO-México)
"Si puede ir a la oficina hoy, quizás sea gracias a la trabajadora doméstica que tiene en casa"
La defensa y la organización de las trabajadoras domésticas fue una de las prioridades del orden del día de la primera Conferencia Mundial para la Mujer de la CSI (*).
"Si puede ir a la oficina hoy, quizás sea gracias a la trabajadora doméstica que tiene en casa"
La defensa y la organización de las trabajadoras domésticas fue una de las prioridades del orden del día de la primera Conferencia Mundial para la Mujer de la CSI (*).
Antigua niña trabajadora doméstica, responsable en México del Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar (1) y Secretaria General de la confederación CONLACTRAHO (2), Marcelina Bautista ofrecerá un testimonio fundamental en la Conferencia.
¿Cuáles son las principales dificultades para una trabajadora doméstica en América Latina?
A menudo tienen horarios muy largos, que les impide cuidar de su familia, sus hijos. La gran mayoría de ellas no son reconocidas como trabajadoras, por lo que no están cubiertas por el Seguro Social, no tienen "derecho" a enfermarse. Muchos empleadores y empleadoras no entienden las necesidades de estas trabajadoras, que pueden tener hijos, tener deseos de estudiar,... A menudo son víctimas de golpes, insultos y acoso sexual en su lugar de trabajo, pero como este lugar está situado en una residencia privada, es más difícil defenderse. Con frecuencia, cuando se acusa al empleador o empleadora de determinados abusos, éste, a su vez, acusa a la trabajadora doméstica de haber cometido algún delito, por ejemplo, el robo, y todo el mundo tiene tendencia a creer en primer lugar a los “patrones”.
Las trabajadoras domésticas también son víctimas de una gran explotación debido a varios factores que pueden dar lugar a discriminaciones: carecen de visibilidad pública, tienen empleos que no requieren estudios, a menudo pertenecen a comunidades indígenas y no hablan fácilmente el idioma nacional, etc.
Por lo general, la legislación no aborda el trabajo doméstico, que por este mismo motivo no se considera igual a otro empleo, no genera los mismos derechos laborales. Este problema se hace patente en el salario de las trabajadoras domésticas, el cual, al no ser definido por las leyes, generalmente depende de la buena voluntad del empleador.
¿Hay algún país en América Latina donde el trabajo doméstico esté reconocido como un empleo?
Sí, ciertas leyes definen elementos como la duración de la jornada laboral, pero no son aplicadas. Brasil es uno de los países que ha adoptado una legislación relativa al trabajo doméstico, pero a los empleadores y empleadoras les tiene sin cuidado, las autoridades no garantizan el cumplimiento de la ley y las trabajadoras generalmente desconocen estos derechos.
¿Cuánto puede aspirar a ganar una trabajadora doméstica en su país, México?
La ley no fija los salarios para el trabajo doméstico, pero el salario mínimo para todos es de 5 dólares por día. Muchas trabajadoras domésticas reciben de 6 a 8 dólares diarios si son externas, y alrededor de 200 dólares mensuales si viven en casa del empleador. Hemos calculado que un salario decente debería ascender a por lo menos 25 dólares por día para las empleadas del hogar externas y 600 dólares mensuales para las internas. Lamentablemente, la crisis económica mundial ha afectado a las empleadas del hogar mexicanas, quienes cada vez más se ven obligadas a aceptar el salario y las condiciones del empleador. Si tu “patrona” dice que tienes derecho a un día de descanso cada dos semanas, no tienes más remedio que aceptar, porque no hay empleos disponibles y no hay una ley que estipule lo contrario.
¿Es una mano de obra difícil de organizar en organizaciones sindicales?
Hay varios obstáculos a su sindicalización: la mano de obra doméstica está compuesta por diferentes grupos (trabajadoras ocasionales, trabajadoras que viven en casa del empleador,...), cada trabajadora es empleada en un hogar diferente, suelen tener el domingo como día de descanso y prefieren pasar este día con su familia y no en actividades sindicales. Ante la falta de cultura sindical en este tipo de trabajadoras, los sindicatos deben mostrarse creativos para encontrar estrategias que permitan organizarlas y conservarlas como miembros a partir de entonces. Una de esas estrategias es la creación de agencias de colocación de empleadas domésticas, o hacerlas participar en campañas de sensibilización de la opinión pública para dar visibilidad a su trabajo. Es así como se sienten útiles en la defensa de sus derechos.
Una de las fuerzas de los sindicatos es la negociación colectiva, pero es difícil ponerla en práctica cuando cada trabajadora tiene un empleador individual...
Efectivamente, pero cuando las mujeres se organizan en sindicatos o asociaciones, son conscientes de sus derechos y pueden tratar de negociar individualmente mejores condiciones de trabajo. En México, nuestra asociación ofrece un servicio de colocación y los empleadores que contratan a una empleada doméstica a través de nosotros son puestos al tanto de sus obligaciones. Las reacciones son a veces negativas. Recientemente, una “patrona” a quien le entregué una publicación sobre los derechos de las empleadas del hogar me comentó ¡que no le gustaba nada eso de dar descanso los días feriados! Ofrecemos una buena formación a las trabajadoras domésticas antes de presentarse a su primera cita, les recomendamos lo que deben tratar de negociar. A continuación, nos mantenemos en contacto con la trabajadora y la empleadora para ver si todo va bien.
¿Es difícil convencer a los sindicatos de movilizarse para defender a las trabajadoras domésticas?
En primer lugar, es cierto que hay que lamentar la ausencia de esta lucha en las agendas sindicales. Muchos sindicalistas también son empleadores y empleadoras de trabajadoras domésticas. Sin embargo, algunas organizaciones de defensa de las trabajadoras domésticas se han afiliado a los sindicatos, y éstos entienden que su deber es defender los derechos de todos. La red internacional de trabajadores y trabajadoras domésticas, que cuenta con el apoyo de la UITA (3), hace participar cada vez más a los sindicatos en esta lucha. La asociación de empleadas del hogar de la que soy responsable en México ya está trabajando como sindicato, tenemos la intención de transformarnos en una verdadera organización sindical antes de finales de 2009.
Decenas de miles de niños y niñas participan en el trabajo doméstico en América Latina…
Entran a trabajar desde muy pequeños, a veces sólo con 10 u 11 años, ¡y luego los maltratan porque no son capaces de realizar las tareas de un adulto! A menudo, las niñas son engañadas por sus patrones, quienes le prometen enviarlas a la escuela a cambio de trabajo doméstico, pero muy rara vez cumplen. Una vez que aceptan, se encuentran en casas lejos de su hogar y su familia, obligadas a realizar tareas que no les gustan. En algunos casos, podemos hablar de verdadera trata y tráfico de niños y niñas trabajadores domésticos, a veces muy bien organizados.
Usted misma ha tenido que empezar a trabajar muy joven como empleada del hogar...
Sí, desde la edad de 14 años, después de terminar la escuela primaria. No tuve más remedio, porque tenía que ganarme la vida. Tuve que irme a México, a ocho horas de carretera de mi casa. Soñaba con poder estudiar, pero mi única alternativa para evitar vivir en la calle fue entrar a trabajar como sirvienta en una familia. Tenía que ocuparme de los niños, del quehacer de la casa, de todo eso y sin hablar español, que luego fui aprendiendo poco a poco. Trabajaba todos los días de 6 de la mañana a las 9 de la noche, con un día libre cada dos semanas. Como suele ocurrir con el trabajo doméstico, la lista de tareas era infinita. Es muy duro asumir semejantes responsabilidades a esa edad, tienes que dejar de lado tu propia infancia. Buscando cómo poder estudiar pese a la situación en que vivía, encontré a grupos de mujeres activistas y empecé a participar con ellas.
¿Qué le aporta a nivel personal la actividad militante?
Me gusta mucho luchar por las mujeres que se encuentran en las mismas condiciones que yo cuando llegué a la Ciudad de México. Cuando me cuentan sus historias, me pongo en su lugar, me acuerdo de todos los abusos que he sufrido. Comprender bien su situación me ayuda a aconsejarlas sobre los aspectos psicológicos, jurídicos y de capacitación. Los patrones nos dicen que somos parte de la familia, pero no es cierto. Por lo general, vivimos en un cuartucho con otros trastos en el que todos los habitantes de la casa pueden entrar y salir cuando lo desean. Tenemos acceso a toda la casa, pero no es nuestra casa. Podemos limpiar la sala de estar, pero no podemos sentarnos en la sala de estar...
En junio de 2010, la Conferencia Internacional del Trabajo va a examinar la posible adopción en 2011 de una nueva norma internacional específica al trabajo doméstico. ¿La adopción de ese instrumento ayudaría a las trabajadoras domésticas de América Latina?
Si nuestros gobiernos lo ratifican, esta nueva norma puede desempeñar un papel esencial para obligarlos a hacer valer los derechos que han ignorado hasta ahora. Sería un instrumento más para mejorar la situación de las empleadas del hogar, para dar mayor visibilidad a la situación jurídica de estas trabajadoras. Es muy importante; en México, por ejemplo, estamos tratando desde hace 12 años que se apruebe una ley sobre trabajo doméstico, pero faltos de apoyo, todavía no lo hemos conseguido.
¿Cómo hacer comprender mejor la contribución de las trabajadoras domésticas a la economía?
Realizan las tareas que los demás no quieren o no pueden hacer. Permiten que su empleador trabaje durante el día en un empleo público o privado, que es esencial para el desarrollo económico. Si puede ir a la oficina hoy, quizás sea gracias a la trabajadora doméstica que tiene en casa, prepara la comida, hace la limpieza, plancha la ropa, etc.
Entrevista realizada por Samuel Grumiau
(1) Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar
(2) CONLACTRAHO (Confederación Latinoamericana y del Caribe de las Trabajadoras del Hogar) agrupa a 14 organizaciones de apoyo a las empleadas del hogar en 14 países, de las cuales la mayoría son sindicatos.
(3) Véase http://en.domesticworkerrights.org/
(*)Sobre el tema "Trabajo decente, vida decente para la mujer", la primera Conferencia Mundial para la Mujer de la CSI reunió del 19 al 21 de octubre en Bruselas a más de 460 delegadas procedentes de más de 100 países. Analizarán el impacto de la crisis mundial del empleo sobre las mujeres y trazaron las grandes líneas de la acción sindical internacional para reforzar la seguridad en el empleo de las mujeres, examinar sus salarios y mejorar sus condiciones. Más información en la página web de la CSI .
Véase también el sitio web del proyecto Decisions for Life (Decisiones para la vida) , que incluye a 14 países en desarrollo y países en transición y ocho sectores de actividad.
Fotografías de la Conferencia
La CSI representa a 170 millones de trabajadoras y trabajadores en 158 países y territorios y cuenta con 316 organizaciones afiliadas nacionales. http://www.youtube.com/ITUCCSI
al sindicato
¿Cuáles son las principales dificultades para una trabajadora doméstica en América Latina?
A menudo tienen horarios muy largos, que les impide cuidar de su familia, sus hijos. La gran mayoría de ellas no son reconocidas como trabajadoras, por lo que no están cubiertas por el Seguro Social, no tienen "derecho" a enfermarse. Muchos empleadores y empleadoras no entienden las necesidades de estas trabajadoras, que pueden tener hijos, tener deseos de estudiar,... A menudo son víctimas de golpes, insultos y acoso sexual en su lugar de trabajo, pero como este lugar está situado en una residencia privada, es más difícil defenderse. Con frecuencia, cuando se acusa al empleador o empleadora de determinados abusos, éste, a su vez, acusa a la trabajadora doméstica de haber cometido algún delito, por ejemplo, el robo, y todo el mundo tiene tendencia a creer en primer lugar a los “patrones”.
Las trabajadoras domésticas también son víctimas de una gran explotación debido a varios factores que pueden dar lugar a discriminaciones: carecen de visibilidad pública, tienen empleos que no requieren estudios, a menudo pertenecen a comunidades indígenas y no hablan fácilmente el idioma nacional, etc.
Por lo general, la legislación no aborda el trabajo doméstico, que por este mismo motivo no se considera igual a otro empleo, no genera los mismos derechos laborales. Este problema se hace patente en el salario de las trabajadoras domésticas, el cual, al no ser definido por las leyes, generalmente depende de la buena voluntad del empleador.
¿Hay algún país en América Latina donde el trabajo doméstico esté reconocido como un empleo?
Sí, ciertas leyes definen elementos como la duración de la jornada laboral, pero no son aplicadas. Brasil es uno de los países que ha adoptado una legislación relativa al trabajo doméstico, pero a los empleadores y empleadoras les tiene sin cuidado, las autoridades no garantizan el cumplimiento de la ley y las trabajadoras generalmente desconocen estos derechos.
¿Cuánto puede aspirar a ganar una trabajadora doméstica en su país, México?
La ley no fija los salarios para el trabajo doméstico, pero el salario mínimo para todos es de 5 dólares por día. Muchas trabajadoras domésticas reciben de 6 a 8 dólares diarios si son externas, y alrededor de 200 dólares mensuales si viven en casa del empleador. Hemos calculado que un salario decente debería ascender a por lo menos 25 dólares por día para las empleadas del hogar externas y 600 dólares mensuales para las internas. Lamentablemente, la crisis económica mundial ha afectado a las empleadas del hogar mexicanas, quienes cada vez más se ven obligadas a aceptar el salario y las condiciones del empleador. Si tu “patrona” dice que tienes derecho a un día de descanso cada dos semanas, no tienes más remedio que aceptar, porque no hay empleos disponibles y no hay una ley que estipule lo contrario.
¿Es una mano de obra difícil de organizar en organizaciones sindicales?
Hay varios obstáculos a su sindicalización: la mano de obra doméstica está compuesta por diferentes grupos (trabajadoras ocasionales, trabajadoras que viven en casa del empleador,...), cada trabajadora es empleada en un hogar diferente, suelen tener el domingo como día de descanso y prefieren pasar este día con su familia y no en actividades sindicales. Ante la falta de cultura sindical en este tipo de trabajadoras, los sindicatos deben mostrarse creativos para encontrar estrategias que permitan organizarlas y conservarlas como miembros a partir de entonces. Una de esas estrategias es la creación de agencias de colocación de empleadas domésticas, o hacerlas participar en campañas de sensibilización de la opinión pública para dar visibilidad a su trabajo. Es así como se sienten útiles en la defensa de sus derechos.
Una de las fuerzas de los sindicatos es la negociación colectiva, pero es difícil ponerla en práctica cuando cada trabajadora tiene un empleador individual...
Efectivamente, pero cuando las mujeres se organizan en sindicatos o asociaciones, son conscientes de sus derechos y pueden tratar de negociar individualmente mejores condiciones de trabajo. En México, nuestra asociación ofrece un servicio de colocación y los empleadores que contratan a una empleada doméstica a través de nosotros son puestos al tanto de sus obligaciones. Las reacciones son a veces negativas. Recientemente, una “patrona” a quien le entregué una publicación sobre los derechos de las empleadas del hogar me comentó ¡que no le gustaba nada eso de dar descanso los días feriados! Ofrecemos una buena formación a las trabajadoras domésticas antes de presentarse a su primera cita, les recomendamos lo que deben tratar de negociar. A continuación, nos mantenemos en contacto con la trabajadora y la empleadora para ver si todo va bien.
¿Es difícil convencer a los sindicatos de movilizarse para defender a las trabajadoras domésticas?
En primer lugar, es cierto que hay que lamentar la ausencia de esta lucha en las agendas sindicales. Muchos sindicalistas también son empleadores y empleadoras de trabajadoras domésticas. Sin embargo, algunas organizaciones de defensa de las trabajadoras domésticas se han afiliado a los sindicatos, y éstos entienden que su deber es defender los derechos de todos. La red internacional de trabajadores y trabajadoras domésticas, que cuenta con el apoyo de la UITA (3), hace participar cada vez más a los sindicatos en esta lucha. La asociación de empleadas del hogar de la que soy responsable en México ya está trabajando como sindicato, tenemos la intención de transformarnos en una verdadera organización sindical antes de finales de 2009.
Decenas de miles de niños y niñas participan en el trabajo doméstico en América Latina…
Entran a trabajar desde muy pequeños, a veces sólo con 10 u 11 años, ¡y luego los maltratan porque no son capaces de realizar las tareas de un adulto! A menudo, las niñas son engañadas por sus patrones, quienes le prometen enviarlas a la escuela a cambio de trabajo doméstico, pero muy rara vez cumplen. Una vez que aceptan, se encuentran en casas lejos de su hogar y su familia, obligadas a realizar tareas que no les gustan. En algunos casos, podemos hablar de verdadera trata y tráfico de niños y niñas trabajadores domésticos, a veces muy bien organizados.
Usted misma ha tenido que empezar a trabajar muy joven como empleada del hogar...
Sí, desde la edad de 14 años, después de terminar la escuela primaria. No tuve más remedio, porque tenía que ganarme la vida. Tuve que irme a México, a ocho horas de carretera de mi casa. Soñaba con poder estudiar, pero mi única alternativa para evitar vivir en la calle fue entrar a trabajar como sirvienta en una familia. Tenía que ocuparme de los niños, del quehacer de la casa, de todo eso y sin hablar español, que luego fui aprendiendo poco a poco. Trabajaba todos los días de 6 de la mañana a las 9 de la noche, con un día libre cada dos semanas. Como suele ocurrir con el trabajo doméstico, la lista de tareas era infinita. Es muy duro asumir semejantes responsabilidades a esa edad, tienes que dejar de lado tu propia infancia. Buscando cómo poder estudiar pese a la situación en que vivía, encontré a grupos de mujeres activistas y empecé a participar con ellas.
¿Qué le aporta a nivel personal la actividad militante?
Me gusta mucho luchar por las mujeres que se encuentran en las mismas condiciones que yo cuando llegué a la Ciudad de México. Cuando me cuentan sus historias, me pongo en su lugar, me acuerdo de todos los abusos que he sufrido. Comprender bien su situación me ayuda a aconsejarlas sobre los aspectos psicológicos, jurídicos y de capacitación. Los patrones nos dicen que somos parte de la familia, pero no es cierto. Por lo general, vivimos en un cuartucho con otros trastos en el que todos los habitantes de la casa pueden entrar y salir cuando lo desean. Tenemos acceso a toda la casa, pero no es nuestra casa. Podemos limpiar la sala de estar, pero no podemos sentarnos en la sala de estar...
En junio de 2010, la Conferencia Internacional del Trabajo va a examinar la posible adopción en 2011 de una nueva norma internacional específica al trabajo doméstico. ¿La adopción de ese instrumento ayudaría a las trabajadoras domésticas de América Latina?
Si nuestros gobiernos lo ratifican, esta nueva norma puede desempeñar un papel esencial para obligarlos a hacer valer los derechos que han ignorado hasta ahora. Sería un instrumento más para mejorar la situación de las empleadas del hogar, para dar mayor visibilidad a la situación jurídica de estas trabajadoras. Es muy importante; en México, por ejemplo, estamos tratando desde hace 12 años que se apruebe una ley sobre trabajo doméstico, pero faltos de apoyo, todavía no lo hemos conseguido.
¿Cómo hacer comprender mejor la contribución de las trabajadoras domésticas a la economía?
Realizan las tareas que los demás no quieren o no pueden hacer. Permiten que su empleador trabaje durante el día en un empleo público o privado, que es esencial para el desarrollo económico. Si puede ir a la oficina hoy, quizás sea gracias a la trabajadora doméstica que tiene en casa, prepara la comida, hace la limpieza, plancha la ropa, etc.
Entrevista realizada por Samuel Grumiau
(1) Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar
(2) CONLACTRAHO (Confederación Latinoamericana y del Caribe de las Trabajadoras del Hogar) agrupa a 14 organizaciones de apoyo a las empleadas del hogar en 14 países, de las cuales la mayoría son sindicatos.
(3) Véase http://en.domesticworkerrights.org/
(*)Sobre el tema "Trabajo decente, vida decente para la mujer", la primera Conferencia Mundial para la Mujer de la CSI reunió del 19 al 21 de octubre en Bruselas a más de 460 delegadas procedentes de más de 100 países. Analizarán el impacto de la crisis mundial del empleo sobre las mujeres y trazaron las grandes líneas de la acción sindical internacional para reforzar la seguridad en el empleo de las mujeres, examinar sus salarios y mejorar sus condiciones. Más información en la página web de la CSI .
Véase también el sitio web del proyecto Decisions for Life (Decisiones para la vida) , que incluye a 14 países en desarrollo y países en transición y ocho sectores de actividad.
Fotografías de la Conferencia
La CSI representa a 170 millones de trabajadoras y trabajadores en 158 países y territorios y cuenta con 316 organizaciones afiliadas nacionales. http://www.youtube.com/ITUCCSI
al sindicato
No hay comentarios:
Publicar un comentario