lunes, 21 de diciembre de 2009

ECONOMÍA INFORMAL EN MÉXICO


Economía Informal
Por :Macario Schettino
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Otro punto de vista sobre la opinión de Stiglitz; que sin embargo no exonera la mala actuación del actual gobierno de facto ^Dasyatis^. Los médicos suelen ser muy cuidadosos para dar opiniones generales acerca de posibles enfermosLa mayoría no dará ningún diagnóstico, ni mucho menos recetará sin antes haber revisado bien al quejoso. Los científicos sociales, en cambio, no tienen ningún reparo en opinar sobre asuntos acerca de los cuales no tienen peregrina idea. Politólogos, sociólogos, economistas, hablan acerca de asuntos que nunca han estudiado, o de casos concretos de los que no tienen información mínima, sin recato alguno.El miércoles pasado estuvo en México Joseph Stiglitz, no sólo premio Nobel de Economía, sino uno de los economistas más importantes del mundo, tanto por la profundidad de sus trabajos como por la amplitud de los temas que ha estudiado. Es decir, es uno de los economistas que con más seguridad puede hablar de temas muy diferentes entre sí. Sin embargo, no conoce al enfermo del que habló.Stiglitz aseguró que México tuvo un mal manejo de la crisis, porque la respuesta del gobierno fue muy pequeña, comparada no sólo con la magnitud de la caída económica global, sino con respuestas similares de países similares, como Australia y Brasil, que son más o menos del tamaño de México. No mencionó a España, otro país similar a México en tamaño, que también tuvo que tener una respuesta pequeña y que también está sufriendo mucho. Es decir, a pesar de tener una idea del tamaño de México y saber que se puede comparar con Australia y Brasil, Stiglitz olvidó que otro país del mismo tamaño tuvo una respuesta similar a México, obviamente con el mismo resultado. De haberse acordado de España, tal vez podría haber imaginado por qué México no aplicó la misma solución que Brasil y Australia.Stiglitz no tiene idea del problema de México, y eso es evidente cuando habla acerca del sistema financiero mexicano, que nunca sufrió una presión relevante por la crisis.
Él piensa que la falta de crédito a las pymes en nuestro país fue resultado de la crisis financiera global.Esto no es así, en México las pymes no tienen acceso a crédito desde siempre, no nada más en 2009. Es más, ni siquiera hubo una variación significativa en la oferta de crédito durante este año en nuestro país.La parte que desconoce el premio Nobel, y por lo cual yerra en su diagnóstico, es que México tiene, como problema principal, no la recesión global sino una crisis fiscal propia. No parece tener en mente que nuestro país tiene una recaudación de 10% del PIB, sólo comparable a países africanos, a partir de la cual no es posible incurrir en un déficit, así sea temporal, para fortalecer a la demanda en una situación como la actual.Peor aún, tampoco tiene idea de que en México el problema no es de demanda, sino de oferta. No producimos lo suficiente, y por eso el país no es competitivo.
O al revés, que también es cierto. Imaginemos qué hubiese pasado si el gobierno mexicano hubiese seguido el camino de otros gobiernos, incurriendo en un déficit gigante para mantener la demanda.Supongamos que, en lugar del déficit de 3% del PIB que se tendrá en este 2009 el gobierno se hubiese ido a 10%, como lo hizo Estados Unidos. Esto significa que el gobierno hubiera gastado, de manera adicional, cosa de 700 mil millones de pesos durante este año. Ese dinero podría haberlo gastado en programas de apoyo a empresas, o a desempleados, en construir carreteras, puentes, o simplemente pudo habernos repartido 7 mil pesos a cada mexicano. ¿Qué hubiésemos comprado con ese dinero?
Sin duda algunos hubieran comprado más autos, y eso hubiese ayudado a las armadoras.
Pero en 2008 la producción para el mercado interno fue de 400 mil autos, mientras que las exportaciones fueron de 1.4 millones. El incremento en los autos vendidos en México, con este gasto adicional del gobierno, tal vez significaría 40 mil autos más, frente a una caída en exportaciones de medio millón. Algo es algo, dirá usted, pero todavía no vemos el costo.Una mayor demanda en México no hubiese significado un incremento en producción relevante, porque no tenemos cómo lograrlo.Mayor demanda de alimentos habría significado mayores precios, y en prácticamente todo lo demás, habría significado incremento de importaciones. ¿Con qué las pagaríamos, si nuestras exportaciones se hundieron? Peor todavía, el incremento de deuda del gobierno, para poder financiar ese déficit adicional, la haría impagable dada la recaudación que hoy tenemos.Lo que Stiglitz no sabe es que México vive una profunda crisis fiscal y de productividad. Se queja de que México se ha concentrado en venderle a Estados Unidos, y tiene toda la razón, pero así es como se ha ido construyendo la planta productiva nacional. Se podría vender a otros países, claro, si hubiese empresarios que buscaran esos otros mercados, pero no los hay.
Tratados comerciales nos sobran, presencia en ferias internacionales también, apoyos gubernamentales para exportar, igual.
Lo que no hay es quien busque abrir mercados en Japón, China o Europa. Y eso no cambia con un mayor déficit.Nada de malo tiene que Stiglitz no tenga idea de México, no es su campo de estudio. Sí es un problema que opine con tanta facilidad, promocionando su ignorancia del país. Y más grave aún es que tantos mexicanos, incluyendo medios de comunicación, se regodeen en una opinión sin fundamento, así sea del economista más importante del mundo. No sólo Stiglitz no tiene idea de lo que pasa en México, muchos mexicanos tampoco.No lo olvide: hoy se cumplen ciento cincuenta años de la publicación de El origen de las especies de Charles Darwin. Una idea simple, pero brillante, que nos ha llevado a este siglo de la biotecnología, pero sobre todo, a entendernos mejor, sin necesitar dioses.

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