jueves, 28 de marzo de 2019

APRENDE FACIL Pisos de Protección Social para el Transito de la INFORMALIDAD a la FORMALIDAD


APRENDE FACIL 
Pisos de Protección Social para el Transito de la INFORMALIDAD a la FORMALIDAD
Lección 1 : Las Dimensiones de la Proteccion Social
28 de Marzo 2019
Es necesario que desarrollemos una política de protección social inclusiva que contemple paralelamente, a  quienes se encuentran en una situación de pobreza y necesitan de garantías de ingreso y de acceso a mecanismos promocionales; asimismo,  de quienes, sin ser pobres, se constituyen en sectores vulnerables y precisan de políticas con aseguramiento continuo; en igual forma, de quienes teniendo  una mayor capacidad de sostenimiento, pero, junto con contar con mecanismos de aseguramiento , públicos como privados, validan la garantía , de un piso mínimo de protección como una soporte común para la ciudadanía . Al estar garantizados para todos, estos mínimos se convierten en universales y establecen un marco adecuado, en el cual, el ciudadano se constituye, no sólo en consumidor y demandante de servicios, sino en agente fundamental y actor de sus derechos, con capacidades para exigir su concreción. De esta manera, desde un enfoque de derechos, la protección social inclusiva, implica la adecuada combinación entre las políticas sociales, de corte universal, que incluye la protección de carácter compensatorio y una política económica en la que se consideren con claridad, los objetivos sociales, además de contar con intervenciones que permitan incorporar a distintos grupos de la población generando las capacidades para superar las situaciones de riesgo a las que son vulnerables.
Fuente : PROTECCIÓN SOCIAL PARA TRABAJADORES DE LA ECONOMÍA INFORMAL. Pisos de Protección Social para el Tránsito de la Informalidad a la Formalidad, elaborado por Marcial Guillermo Pérez Herrera












APRENDE FACIL
Pisos de Protección Social para el Transito de la INFORMALIDAD a la FORMALIDAD
Lección 2 : Pobreza y Vulnerabilidad
28 de Marzo 2019
La diversidad existente, en cuanto a las necesidades de protección social, se plasma en la capacidad de respuesta, que los distintos grupos de la población tienen, en relación a los riesgos, menores, en el caso, de quienes viven en la condición de pobreza y mayor, acompañada de la precariedad, entre quienes son vulnerables.
A su vez, es posible diferenciar, entre quienes viven en situación de pobreza o de pobreza extrema, de acuerdo con sus ingresos y su capacidad de consumo, identificando niveles de ingreso mínimos, para cada uno de estos casos.
Por otra parte, hay diferencias entre pobres crónicos y transicionales, dependiendo del tiempo en que un individuo ha experimentado una privación significativa en sus capacidades y su movilidad en torno a la línea de pobreza.
Una dificultad concreta, para poder identificar a quienes se encuentran en situación de pobreza crónica o transicional , y sobre esa base, elaborar estrategias apropiadas para cada uno de estos escenarios, es la ausencia de encuestas de tipo panel[1] , que permitan conocer mejor los cambios socioeconómicos que experimentan las familias a lo largo del tiempo. En todos estos grupos, el riesgo puede incidir en la caída adicional, de sus condiciones de vida, llevando hacia la extrema pobreza, a quienes se encuentran bajo la línea fija de la pobreza, o bien hacia la pobreza crónica, a quienes se encuentran en situación de pobreza transicional. Del mismo modo, en el caso de los hogares, que han salido hace poco tiempo, de una situación de pobreza o cuyos ingresos los ubican, solo levemente por sobre la línea de pobreza, un evento crítico, no esperado, puede determinar su recaída bajo esta línea. En este último caso, estos hogares son vulnerables.
De igual manera, es posible identificar, a quienes son menos vulnerables, tanto por contar con mayores activos, como por tener un mejor acceso a esquemas de aseguramiento de tipo contributivo; a ellos se los denomina “no pobres autónomos”. 
El atender de manera diferenciada, no anula, en lo absoluto, el principio de universalidad de los derechos; por el contrario, potencia su ejercicio y disminuye la desigualdad.
En esa dirección, la focalización de los servicios de protección social hacia los más vulnerables, puede ser la vía más apropiada, para avanzar de manera progresiva, hacia la universalización de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en un proceso de implementación progresiva, en función, a los niveles de desarrollo y disponibilidad presupuestaria de cada país
Fuente :PROTECCIÓN SOCIAL PARA TRABAJADORES DE LA ECONOMÍA INFORMAL.Pisos de Protección Social para el Tránsito de la Informalidad a la Formalidad, elaborado por Marcial Guillermo Pérez Herrera



[1] Las encuestas de tipo panel permiten realizar un seguimiento a lo largo del tiempo a un determinado número de familias, haciendo posible profundizar en las causas y consecuencias de los diversos tránsitos en torno a la pobreza que ellas realizan en un período dado. Pese a la utilidad de este tipo de encuestas, gran parte de los países de América Latina carecen todavía de ellas.



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Pisos de Protección Social para el Transito de la INFORMALIDAD a la FORMALIDAD
Lección 3 : Formalidad e Informalidad Laboral
28 de Marzo 2019
La dimensión que debe tenerse en cuenta, al analizar la diversidad de necesidades de la población y sus requerimientos de protección social, es la relativa al trabajo y el empleo. En concreto, es necesario, considerar tanto la dualidad existente en el mercado de trabajo, que separa entre lo formal e informal , como el quehacer demográfico y los cambios tecnológicos y sociales , que la están modificando, situación que genera nuevas demandas hacia la protección social.
Sustituyendo el enfoque tradicional, de la protección, referida solamente al empleo formal, se hace necesario, ampliar la perspectiva, hacia aquellas personas, que se desempeñan, fuera de él, de manera transitoria o permanente, sea porque se ubican en la economía informal, trabajan en la economía formal, pero no tienen contrato o desempeñan distintos roles, dentro de la estructura de la economía del cuidado[1]. Por lo tanto, a partir de los requerimientos que surgen de necesidades diferentes, es necesario adecuar los instrumentos disponibles y la oferta pública para universalizar el acceso a la protección.
A pesar que existe, grandes diferencias entre países, casi la mitad de los ocupados en la región no están afiliados a la seguridad social[2].
Al respecto, es necesario tener en cuenta, que la cobertura de protección social contributiva no se vincula necesariamente, a la existencia de contratos laborales, sino además, al tipo de cobertura de dichos contratos. La ausencia de un contrato se asocia estrechamente con la mala calidad del empleo y el trabajo informal, que agrupa a la mayor parte de los trabajadores sin protección social y se concentra en la población más pobre, que normalmente constituye la población objetivo de los programas de protección social no contributiva. En cuanto a los trabajadores familiares no remunerados, constituyen un grupo laboral, asociado, con el trabajo en la economía informal, ya que se trata de personas que, en el ámbito de la actividad productiva, del jefe de hogar, trabajan sin protección alguna. La realidad de estos trabajadores requiere tanto el apoyo tendiente a la formalización de las unidades productivas como el contar con un sistema no contributivo.
En relación, a la ausencia de cobertura de protección social, en los contratos, es posible, encontrar a población de sectores medios que, en períodos de crecimiento económico, tiene suficiente autonomía para cubrir sus necesidades, pero que presenta alta vulnerabilidad ante crisis y pérdida del empleo y no cuenta con sistemas previsionales que le aseguren un ingreso suficiente al momento de jubilarse.
De esta forma, aunque sus requerimientos de protección social, pueden ser algo menos urgentes, que aquellos de los trabajadores informales, considerando que su única capacidad autónoma de protección, son los ahorros individuales voluntarios, requieren igualmente, del apoyo de sistemas de protección que les ayuden a disminuir el impacto de las crisis y la inactividad de la tercera edad.
Fuente : PROTECCIÓN SOCIAL PARA TRABAJADORES DE LA ECONOMÍA INFORMAL.Pisos de Protección Social para el Tránsito de la Informalidad a la Formalidad, elaborado por Marcial Guillermo Pérez Herrera





[1] Una primera aproximación iguala la noción de cuidado, a la de trabajo no remunerado realizado en el ámbito del hogar. Esta es la concepción de economía de cuidado que mayor difusión. En ellos se asocia el término a la idea de trabajo de cuidado no remunerado. La carencia de retribución implica que excluye los bienes y servicios de cuidado que son provistos por el sector público, el sector privado y el “tercer sector” (ONG). La idea de trabajo indica que se trata de actividades costosas en términos de tiempo y energía, y se realizan como obligaciones (contractuales o sociales) (Unifem, 2000).
[2] Ver Panorama Laboral OIT 2015, página 44, Cuadro 10.

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Lección 4 : Videos
28 de Marzo 2019
Video 1 : Sin Protección Social hay Desigualdad
Video 2 : Protección Social: Caso CHILE
Video 3 : Protección Social e Informalidad Laboral


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