miércoles, 5 de noviembre de 2008

UNO DE CADA 11 SUIZOS EN LA ECONOMÍA INFORMAL

Uno de cada 11 suizos, en la economía informal
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La proliferación de empleos no declarados se vuelve un problema cada vez más grave en Europa, y Suiza no está exenta.
La población extranjera suele ser el grupo más implicado. Y ante la falta de estadística oficial, el Banco Mundial e investigadores privados ponen el dedo en la llaga.
La economía informal o subterránea es un mal que aqueja ya a todas las economías del orbe.
Trabajo 'negro' hilvanado a fuerza de empleos inestables, inseguros, y casi siempre, insuficientemente remunerados.
Y Suiza, pese a su elevado nivel de desarrollo, no es la excepción.Si bien se cuenta entre las naciones menos afectadas por esta evidencia de fragilidad económica y falta de oportunidades, en Suiza existe una economía informal equivalente a 8,8% de su Producto Interno Bruto (PIB) oficial, según datos del Banco Mundial.
Historias y cifras que quedan fuera de los registros del Departamento Federal de Finanzas (DFF), y de los conteos de la Secretaría de Estado de Economía (Seco) o de la Oficina Federal de Estadística (OFS).
Economía informal
Economía informal, sumergida, subterránea, paralela... los expertos no han terminado de ponerse de acuerdo sobre el nombre oficial que debe llevar este fenómeno, o si existen diferencias importantes entre cada una las diversas definiciones.
La metodología de medición tampoco sigue principios homologados internacionalmente, como sí lo hace la medición del Producto Interno Bruto (PIB) o la cuenta corriente.
Teóricamente se trata de "todo aquel intercambio de bienes que permanece ajeno al control del Estado", según una concisa definición de enciclopedia cibernética Wikipedia.
No obstante, de acuerdo con los expertos del 'Global Labor Institute', fundación de origen helvético basada en Ginebra, el concepto de economía informal va mucho más lejos.
De entrada, como problema social surgió a principio de los años 70´s en Ghana y Kenya, e involucra a toda esa porción de la economía que no está reglamentada legal y/o contractualmente. Casi siempre involucra a trabajadores independientes que dan ayudan en pequeños establecimientos de alimentación, tabaco, limpieza, transporte, y sobre todo, el llamado 'ambulantaje', vendedores que recorren las calles con su mercancía a cuestas y que huyen de las redadas de la autoridad.
Y un fenómeno que parecía exclusivo de las naciones en desarrollo se desveló en los 80´s, según el GLI, como un problema que también avanza a pasos agigantados en una Europa que durante años estuvo estancada económicamente.
La 'otra' economía
Consultados sobre el tema, los investigadores Bruno Frey, de la Universidad de Zúrich, y Friederich Schneider, de la Universidad de Linz –quienes han trabajado de forma conjunta en diversos informes sobre economía informal internacional- coinciden en que la existencia de una economía subterránea en Suiza y en el resto del mundo pone tres preocupaciones básicas en la mesa de debate:
1.- Cuán reales o falsas son las condiciones económicas y sociales que ventila la estadística oficial sobre sus habitantes y empresa, ya que la tasa de desempleo abierto que mide y reporta periódicamente encubre a un número cada vez más importante de trabajadores no declarados, pero activos en la fuerza productiva.
2.- Toda la actividad realizada fuera de la economía formal implica pérdida de ingresos y recolección de impuestos para los gobiernos. Un asunto que deben encarar las administraciones públicas.
3.- Y la más importante, las economías subterráneas son un indicador claro de la fragilidad y los problemas que enfrenta una economía, sus ciudadanos y sobre todo su gobierno. De sus fallos y la consecuente falta de oportunidades para sus ciudadanos
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El lugar de Suiza
De acuerdo con el informe 'Doing Bussines 2007', presentado por el Banco Mundial el pasado viernes (08.09), mientras más desarrollada sea una economía y más educada sea su población, menos economía informal enfrentará.
Pese a ello, en Suiza concretamente, el organismo financiero internacional estima que existe una economía subterránea equivalente al 8.8% del PIB nacional.
Dicho en palabras llanas y sin tecnicismos, entre 250.000 y 300.000 trabajadores no formales que cobran algún ingreso –de forma periódica o irregular- pero fuera de la ley.
Suiza enfrenta apenas la mitad del problema con respecto al promedio de los vecinos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en donde el peso de la economía subterránea equivale al 17,4% de la economía formal de los países miembros.
En la Unión Europea (UE), los países más afectados son España (22,6%), Italia (25%) y Grecia (24,8%), y los mejor librados son Alemania (16,3%), Francia (15,3%) o Reino Unido (12,6%).
Los gigantes industrializados como Japón o Estados Unidos, enfrentan una economía subterránea respectiva de 11,3 y 8,8% del PIB.
En el extremo más grave del problema, en África el promedio es 42%, y en América Latina un alarmante 45%, que evidencia que uno de cada tres trabajadores labora fuera de la ley. Asia escribe un capítulo aparte, en India por ejemplo, la economía informal equivale a 75% de la formal.
Escasas cifras oficiales

Consultadas por swissinfo sobre los registros que existen con respecto a la economía subterránea helvética, tanto la Seco como la OFS confirmaron que ni en Suiza ni en la mayor parte de los países europeos disponen de estadísticas oficiales sobre el tema.
Existen sí, algunos ejercicios de investigación preliminares, extraoficiales, pero son experimentales y privados.En contrapartida, lo que sí considera la estadística helvética a profundidad es el trabajo desempeñado en la economía que no es remunerado, que es otra forma de economía paralela.
En Suiza, cada año se realizan 8.000 millones de horas de trabajo no remunerado, dos terceras partes de ellas, a cargo de la población femenina, según la Oficina Federal Estadística (OFS).
Se trata de un promedio de 31 horas semanales consagradas, fundamentalmente, al trabajo doméstico y familiar, contra las 17 horas que destina la población masculina.
Si dicho trabajo fuera realizado por personal externo, habría generado ingresos para quienes lo desempeñan por unos 250 millones de francos suizos cada año.
¿Mal de extranjeros?
En Suiza al menos uno de cada cinco trabajadores es extranjero. Y en la mayoría de las economías es este grupo poblacional, junto con aquel que cuenta con baja calificación educativa, los más afectados por la economía informal.
De los entre 250.000 y 300.000 trabajadores que podrían estar laborando a la sombra en territorio helvético, aproximadamente la mitad son presumiblemente extranjeros, según las estimaciones del Banco Mundial.
En este sentido, entidades como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) intentan poner cartas en el asunto.
Justamente este jueves y viernes (14.09 y 15.09), habrán de reunirse en Nueva York, en la sede de las Naciones Unidas, representantes de más de 150 países (migrantes y receptores de migrantes) para hablar sobre los retos implícitos en el desplazamiento de poblaciones.
Y uno de los temas de la agenda serán los extranjeros y la economía subterránea, un problema imposible de ignorar cuando sabemos que en el mundo, 25% de la población activa labora sin contrato, sin prestaciones y sin seguridad
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swissinfo, Andrea Ornelas

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